Para aplicar de la mejor manera posible en las instituciones
de gobierno, un proyecto de qué pasos seguir para innovar y desarrollar la
inteligencia emocional de los empleados públicos en los centros de trabajo,
donde se analice si el Estado es buen o mal administrador no solo de bienes
sino además del talento humano, así como el sistema salarial si es justo,
equitativo y eficiente en cada una de las instituciones del sector público.
https://www.youtube.com/watch?v=HLELaSz74YI
La idiosincrasia del sector público en El Salvador, cuando se
le pregunta al ciudadano que piensa del empleado público lo ve como una persona
haraganas, no hace nada, da mal servicio, no atiende rápido y que son
burocráticos.
Existen instituciones donde se está trabajando con el Sistema
de Calidad y haciendo todos los esfuerzos para lograr mejorar el servicio a los
usuarios, el máximo esfuerzo está en lograr minimizar los tiempos de espera de
los servicios que se brindan, hay instituciones que brinda seguridad jurídica,
donde es necesario cumplir con aspectos legales que conlleven a su
cumplimiento.
Se analizan todos los procesos para verificar si existen
algunos pasos innecesarios y lograr minimizar los tiempos de espera del
ciudadano.
Dentro del Sistema de calidad se mide el grado de
satisfacción del cliente para conocer que tan oportunamente, las necesidades y
expectativas de los clientes externos se están cumpliendo, Un ejemplo: la meta
del grado de satisfacción es del 75% y está evaluando el usuario entre el 71.7%
y 86.8%, la expectativa que tienen los usuarios son grandes y en la medida que
sus necesidades se vean atendidas con el mejor manejo de emociones se sentirán
más incluidos en los procesos de mejora.
En el área de atención al cliente es donde más llegan las
quedas:
Cuando se le consulta al ciudadano que solicita el servicio
¿Cómo evalúa la amabilidad y respeto del personal que le atiende?
- Algunos son amables.
- Hay personas que son amargadas
- Esperé tanto.
-Ventanilla “X” me brindó mala asesoría para el trámite.
- No todos trabajan
igual y otros que vienen a contarse la novela y no lo atienden.
- Hay unas señoritas que son pesadas y otras muy amables. La
arquitecta es muy pesada.
- Muy tardados.
- La señora que está
allí no viene a hacer ningún trámite y la pasan antes, malísimo.
- Es Lento.
- No tenían la resolución solicitada.
-Enojados no les gusta resolver ellos sino alguien más.
Como ya se tiene una forma de pensar de cómo es el empleado
público cuesta convencer al ciudadano que se está trabajando para mejorar el
servicio, es un trabajo cultural y sobre todo cambio de mentalidad de ambos
lados, principalmente de los servidores públicos que se deben a los ciudadanos
a quienes brinda el servicio y paga por él.
Las emociones que perciben los ciudadanos y generan los empleados públicos al solicitar y brindar
los servicios son importantes, por lo que se debe trabajar mucho ese aspecto
antes de iniciar el día laboral, para que no se perciban y se minimicen las
emociones negativas que el usuario ve en los empleados públicos como amargados,
son pesadas, enojados, son lentos, no asesoran bien, hacen otras cosas y no los
atienden, agilizan otros servicios y los de ellos no, les dan mala información,
esperan demasiado, atienden personas que no vienen a hacer trámite, no le
tienen el servicio que solicitó a tiempo; este cúmulo de eventos generan en el
ciudadano emociones de disgusto e ira que debe controlar el empleado público y
hacer todo lo posible para llevarlo a un estado de esperanza y/o tolerancia con el servicio que se le está
brindando.
El cambio de idiosincrasia del sector público debe de ser una
prioridad, para que el usuario a quien se deben las instituciones se sienta
satisfecho con el servicio que se le brinda, trabajando principalmente con la
mentalidad de cada servidor público en inteligencia emocional, creando
conciencia y capacitaciones vivenciales para generar el cambio de mentalidad de
los servidores públicos.
Se debe estar preparado tanto personal como emocionalmente.
Marta Liliam Cornejo
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